Ha vuelto a suceder. En la misma zona donde rescatamos a los galgos KALESY, PUCCA, NERÓN y MORGÁN, donde hace apenas dos meses denunciábamos ante la Guardia Civil y ante los medios de comunicación de RTVE Castilla la Mancha el hallazgo de varios galgos muertos sin microchip.
Un aviso de una vecina del pueblo a una compañera hacían saltar las alarmas. Un fuerte olor cerca de la viña donde estaban trabajando les alertó y al acercarse descubrieron un perro muerto dentro de una bolsa.
No se atrevieron a seguir mirando y dieron el aviso. Lo que se descubrió allí fue otra prueba de maltrato, aunque se quiera seguir negando, pero no había uno, sino cuatro perros muertos metidos en sacos de pienso y bolsas de basura. Se encontraban en estado de descomposición, por lo que no era fácil determinar la raza, pero por la dentadura y la complexión se ha podido saber que eran perros jóvenes. Ninguno de ellos tenía microchip.
No lo podemos asegurar ni confirmar, pero viniendo de una zona en la que ya conocemos a la perfección, dónde rescatamos galgos abandonados, y dónde cada año aparecen vivos y muertos… sería muy probable que fueran desechos de caza que han dejado de «ser útiles» o que ni siquiera tenían las virtudes de «los ganadores».
Por el estado en el que estaban se intuye que no fueron arrojados todos a la vez, ya que de uno de ellos solo quedaban huesos. No podemos saber si han sido asesinados ni cómo han muerto, aunque uno de ellos tenía una tela alrededor del cuello. Lo que sí sabemos es que han acabado sus días tirados como basura, a las afueras del pueblo, sin que a mucha gente les importe. Que hay alguien que ha cometido un delito sin poder hacer nada contra esa persona o personas, ya que los perros no estaban identificados. Y que, probablemente seguirán haciéndolo cada vez que le venga en gana, aunque cambie el sitio donde los tiren.
¿Hasta cuándo seguiremos tolerando este tipo de actuaciones? ¿Cuándo van a cambiar estas mentalidades obsoletas y se van a “iluminar” con un poco de respeto hacia los animales?