Nerón fue nuestro regalo del pasado viernes. Es lo que nos hacía falta para poder dormir algo más tranquilos después de lo acontecido durante esa misma tarde.
Fue un viernes diferente, ya sabíamos a lo que íbamos. Teníamos programado ese día para hacer las correspondientes denuncias al SEPRONA de los cuatro galgos muertos y llamar a la TV de Castilla La Mancha para que pudiera hacerse eco de estos hallazgos.
Pero también teníamos constancia de que podía surgir un rescate express, en aquella zona habían cuatro galgos abandonados y sin rutina, y en cualquier momento podríamos encontrarnos con uno de ellos.
Tras una tarde pasada por agua, empapados de arriba a abajo y con la tristeza de ver a estos cuatro seres inocentes tirados en el campo sin vida, llegó la llamada.
Casi a punto de marcharnos, sin demasiado ánimo para nada más, llamaron a nuestros contactos que nos habían acompañado para realizar todos los trámites.
Habían visto a NERÓN por una de las calles del pueblo, así que salimos del campo en el que nos encontrábamos y fuimos en su búsqueda.
Al llegar no estaba allí, ya se había esfumado, pero no desistimos y nos empeñamos en buscarlo. ¡¡¡Lo teníamos localizado!!! Nerón estaba cruzando una de las carreteras principales del pueblo, con los coches lo guiamos a una calle de menor tránsito y allí empezaba un nuevo rescate.
Tenía mucha hambre, probamos con el lazo, pero por la lluvia y la humedad no salió a la misma velocidad que lo hacía siempre, así que pasamos al plan B. Rápido montamos la jaula trampa justo delante de un bar al que frecuentaban cazadores.
Pero no teníamos más opciones, o se montaba allí mismo o Nerón se volvería a esfumar. La misma clientela del bar nos lo puso algo complicado, saliendo constantemente a la calle, llamando a Nerón, molestándolo e incluso increpandonos en una ocasión.
Por fin se metieron todos dentro y NERÓN al verse más tranquilo, con muchas dudas entró en la jaula y pudimos ponerlo a salvo.