Osso, un precioso y joven mastín pero con muchísimo miedo en el cuerpo fue rescatado en noviembre del año pasado.
Ya en su día, del pánico que tenía no quiso entrar dentro de la jaula, no se fiaba de lo que había dentro, así que tuvimos que ingeniárnoslas para rescatarlo con lazo.
Ayer nuevamente estaba en la calle, después de tres meses recuperándose de sus miedos en una casa de acogida. Parece que ya estaba preparado para ser adoptado, así que de la casa de acogida, esta semana atrás, paso a una nueva casa PREADOPTADO hasta que se adaptase completamente y finalmente pasara a ser ADOPTADO DEFINITIVAMENTE por la misma familia.
Pero debido a su estado psíquico del pasado, Osso dió un pasó atrás y volvió a sentir pánico escapando de su futura familia.
Esta vez el rescate era mucho más difícil, quizás de los casos más complicados que nos hemos encontrado. En pleno campo, con terreno para salir corriendo hacia cualquier punto, sin posibilidad de que entrara en la jaula y sin posibilidad de poder acercarnos a él.
Así que había que probar algo nuevo. Conseguimos reunirnos más de diez personas y trazamos un plan.
Osso tenía miedo, no dejaba que nos acercásemos, pero no se quería ir, quería a su vez que estuviéramos con él, así que mientras unos lo podían entretener, otros empezábamos a montar el dispositivo.
Pudimos crearle en el campo un recinto con redes de unos 60 metros cuadrados. Solo teníamos que intentar que Osso pasase por allí.
Y para eso, ayer contamos con la ayuda de dos perros que jugueteaban con él. Gracias a ellos y a su seguridad conseguimos que entrara en el corralillo.
Sólo había un sitio por donde poder escapar y fue por allí por donde lo intentó, por el hueco en el que no habíamos dejado sin red para que pudiera entrar sin notar nada extraño.
Ahí estábamos preparados nosotros, justo para cubrir el hueco. Ya cuando estaba saliendo del recinto para huir a toda velocidad, logramos echarle el lazo y poner fin a su huida.