Jara y Encina, dos preciosas mastinas abandonadas en el interior de un parque natural en Castilla La Mancha.
Pensaron que allí nadie las encontraría, pero se equivocaron, no contaban en que alguien pudiera verlas.
Una persona que por allí paseaba las vió por casualidad, se metían en una finca para resguardarse y desde aquel día hasta que fuimos a su rescate fueron alimentadas por su ángel de la guarda.
Las dos mastinas se dejaban tocar, una de ellas incluso la podías coger sin ningún problema, pero la otra, a pesar de dejarnos acariciarla, no permitía que le pasáramos la mano por encima de la cabeza, y menos que le pusiéramos lazo alguno.
Preparamos el rescate y nos adentramos hacia la Sierra. Al llegar estaban las dos juntas, metidas dentro de la finca, al vernos salieron contentas a recibirnos.
Cogimos a Jara, la más confiada y ya sólo nos quedaba «engañar» a Encina. Con trocitos de salchichas esparcidas por el suelo conseguimos que desviase su atención y logramos tenerla entretenida mirando la multitud de salchichas que habían en la tierra.
Así conseguimos pasarle el lazo, sin que prácticamente se diera cuenta. Una vez sintió el ahogo en su cuello empezó a revolverse y a intentar zafarse, pero sin éxito.
Entre varias personas logramos subirla al maletero de uno de los coches al mismo tiempo que metíamos también a Jara en otro de los coches.
Gracias a ASAMA por su gran implicación en este caso y por hacerse cargo de estas dos hermanas.