De nuevo el destino entraba en acción, gracias a él decidimos cambiar el rescate de nuestra «galgalista» del lunes a ayer martes, y esto le salvó la vida a este pequeño.
Teníamos todo montado y estábamos a la espera de que apareciese de un momento a otro. De repente escuchamos llorar a un cachorro. Belén, nuestra contacto en la zona, nos alertaba que en la finca que teníamos a las espaldas había un cachorro ahogándose en la piscina, teníamos que actuar con rapidez.
No era fácil porque los dueños de la finca no estaban allí, pero sí sus tres mastines, ladrándonos, nerviosos…, no sabíamos como entrar sin llamar la atención de los perros y menos sin saber cómo iban a reaccionar. No teníamos más alternativas, así que mientras Belén entretenía a los adultos nosotros nos metíamos en la finca colindante de otro vecino, saltamos su vallado y volvimos a saltar por la valla medianera.
Sin hacer apenas ruido pudimos meternos por detrás de la piscina y sacar al pequeño ya sin fuerzas del agua. A cuestas con él, de nuevo trepamos la valla y ya estábamos a salvo nosotros y él.
Gracias Belén, implicada 100% por y para los animales.